martes, 24 de mayo de 2011

CALIDAD DE VIDA Y BUEN VIVIR

“Indígenas guambianos”, Colombia – Tomada del blog Caucanizate


CALIDAD DE VIDA Y BUEN VIVIR*

“Hay muchas maneras fundamentalmente diferentes de ver la calidad de vida,
y algunas de ellas parecen razonables al primer golpe de vista.
Puedes ser pudiente sin estar bien.
Puedes estar bien sin poder llevar la vida que querías.
Puedes llevar la vida que querías sin ser feliz.
Puedes ser feliz sin tener demasiada libertad.
Puedes tener mucha libertad, pero no conseguir demasiado, y podríamos seguir”.
Amartya Sen, El nivel de vida

En la mayoría de discursos del desarrollo se plantea la meta de “mejorar la calidad de vida” de las personas, sin detenerse en la concepción de lo que es calidad de vida. Este concepto está frecuentemente en boca tanto de planificadores y políticos como de los pobladores, donde generalmente su significado se da como un hecho. Así, es importante rescatar la mirada cultural –las significaciones, las construcciones culturales- de conceptos como calidad de vida, nivel de vida, bienestar, buen vivir, felicidad, etc, tan asociados al concepto de desarrollo.

En una conferencia pronunciada por Joseph Stiglitz en La Habana en 2002, dijo: “En uno de los países que visité, en lugar de proponerse elevar al máximo el Producto Interno Bruto, las autoridades trazaron como misión nacional elevar al máximo la Felicidad Nacional Bruta. Se trata de un pequeño país y no conozco ninguna nación grande que se haya propuesto explícitamente semejante objetivo” (citado en Boisier, 2003:170). Ya no es común -¿será que suena cursi?- ligar el concepto de desarrollo al de felicidad, que se supone es una de las máximas aspiraciones humanas.

Es pertinente empezar anotando que en el concepto actual de calidad de vida se presentan tanto dimensiones mensurables (objetivas), como otras de más incierta cuantificación (subjetivas), que no se pueden disociar. También se reconocen los “bienes materiales” y los “bienes inmateriales”, además de mirar la calidad de vida como una síntesis y ampliación entre el sujeto individual y el sujeto colectivo, entre los intereses personales y los intereses de la comunidad; en ir más allá del concepto de “bienestar”. Precisamente, “el constructo de calidad de vida es el resultado de las relaciones entre las condiciones objetivas de vida y las percepciones individuales que de ellas se tienen, relación cuyo fruto es un mayor o menor grado de satisfacción” (Alguacil, 2000:117).

Desde la teoría de las necesidades humanas, del desarrollo a escala humana, se han realizado importantes aportes para una mirada más amplia del concepto -y práctica- de la calidad de vida. Según Max-Neef, las necesidades humanas son “identificables, dependientes unas de otras, limitadas y universales”. La condición subjetiva viene marcada por la satisfacción de las mismas. Lo que varía, en términos perceptivos, diacrónicamente y sincrónicamente, son los medios por los cuales se satisfacen esas necesidades, sus satisfactores. La siguiente matriz nos ilustra estas dimensiones de las necesidades humanas y de los satisfactores (Max-Neef y otros, 1986: 42):

MATRIZ DE NECESIDADES Y SATISFACTORES

NECESIDADES SEGÚN CATEGORÍAS AXIOLÓGICAS

NECESIDADES
CATEGORÍAS
SEGÚN
EXISTENCIALES


SER
TENER
HACER
ESTAR

SUBSISTENCIA
1) Salud física, salud mental, equilibrio, sentido del humor, adaptabilidad
2)Alimentos, cobijo, trabajo
3)Alimentarse, procrear, descansar, trabajar
4)Entorno vital, marco social
PROTECCIÓN
5)Asistencia, adaptabilidad, autonomía, equilibrio, solidaridad
6)Sistemas de seguros, ahorros, seguridad social, sistemas sanitarios, derechos, familia, trabajo
7)Cooperar, prevenir, planificar, ocuparse de curar, ayudar
8)Espacio vital, entorno social, vivienda
AFECTO
9)Autoestima, decisión, generosidad, receptividad, pasión, sensualidad, sentido del humor, tolerancia, solidaridad, respeto
10)Amistades, relaciones familiares, relaciones con la naturaleza
11)Hacer el amor, acariciar, expresar emociones, compartir, ocuparse de cultivar, apreciar
12)Vida privada, intimidad, hogar, espacios de unión entre personas
COMPRENSIÓN
13)Conciencia crítica, receptividad, curiosidad, asombro, disciplina, intuición, racionalidad
14)Literatura, maestros, método, políticas educativas, políticas de comunicación
15)Investigar, estudiar, experimentar, educar, analizar, meditar
16)Marcos de interacción formativa, es cuelas, universidades, grupos, comunidades, familia
PARTICIPACIÓN
17)Adaptabilidad, receptividad, solidaridad, disposición, decisión, dedicación, respeto, pasión, sentido del humor
18)Derechos, responsabilidades, deberes, privilegios, trabajo
19)Afiliarse, cooperar, proponer, compartir, disentir, obedecer, relacionarse, estar de acuerdo, expresar opiniones
20)Marcos de relaciones participativas, partidos, asociaciones, iglesias, comunidades, barrios, familia
CREACIÓN
21)Pasión, decisión, intuición, imaginación, audacia, racionalidad, inventiva, autonomía, curiosidad
22)Habilidades, oficios, trabajo
23)Trabajar, inventar, construir, diseñar, componer, interpretar
24)Marcos productivos y de reaprovechamiento de información, seminarios, grupos culturales, espacios para la expresión, libertad temporal
RECREO
25)Curiosidad, sentido del humor, receptividad, imaginación, temeridad, tranquilidad, sensualidad
26)Juegos, espectáculos, clubes, fiestas, paz mental
27)Divagar, abstraerse, soñar, añorar, fantasear, evocar, relajarse, divertirse, jugar
28)Privacidad, intimidad, espacios de encuentro, tiempo libre, ambientes, paisajes
IDENTIDAD
29)Sentimiento de pertenencia, consistencia, diferenciación, autoestima, afirmación
30)Símbolos, lenguaje, religión, hábitos, costumbres, grupos de referencia, sexualidad, valores, normas, memoria histórica, trabajo
31)Comprometerse, integrarse, enfrentarse, decidir, conocerse a uno mismo, reconocerse a uno mismo, realizarse, crecer
32)Ritmos sociales, marcos de la vida diaria, ámbitos de pertenencia, etapas de madurez
LIBERTAD
33)Autonomía, autoestima, decisión, pasión, afirmación, amplitud de miradas, audacia, rebeldía, tolerancia
34)Igualdad de derechos
35)Discrepar, elegir, ser diferente de, asumir riesgos, desarrollar conciencia, comprometerse, desobedecer
36)Plasticidad espacio-temporal

 FUENTE: Max-Neef et al, 1986.

Los satisfactores se inscriben en contextos históricos y culturales determinados -según países, regiones urbanas o rurales, etc-, que le confieren un grado de relativismo según las condiciones específicas creadas. La satisfacción de las necesidades está sujeta  a los cambios de los satisfactores y, en consecuencia, a los cambios de las formas de acceso a la satisfacción de las necesidades. Lo interesante de este planteamiento es que nos lleva a una visión amplia de la llamada calidad de vida, teniendo en cuenta tanto las “necesidades existenciales” (ser, tener, hacer, relaciones) como las “necesidades axiológicas” (subsistencia, protección, afecto, comprensión, participación, creación, recreación, identidad y libertad).

Desde la teoría de la complejidad, Alguacil (2000) insiste en la importancia de superar lo meramente cuantitativo para introducir también los aspectos cualitativos. Se trata de asumir la complejidad incorporando nuevas dimensiones capaces de superar la visión simplista de la lógica del bienestar por una perspectiva compleja de “calidad de vida”. Estas dimensiones de calidad de vida son la calidad ambiental (habitacional, residencial), el bienestar (trabajo, salud, educación) y la identidad cultural (tiempo libre, ocio, participación, relaciones y redes sociales).

Comparto con el autor la opinión de que tenemos que insistir en que la calidad de vida no puede ser considerada en manera alguna como de una naturaleza estática, lo que hace de la calidad de vida “un proceso de desarrollo continuo, que en un mundo de frenéticos cambios de valores y transformaciones sociales supone una recomposición permanente de los sujetos en la apreciación de lo que es calidad de vida” (Alguacil, 2000).

En esta dirección, un concepto que está emergiendo con fuerza, principalmente en América Latina, es el de buen vivir.

Según Carpio (s.f.), un desafío “consiste en pensar en términos de felicidad y no de objetivos meramente económicos. Pensar en la felicidad significa acercarnos más a los otros, que pasan de ser objetos a sujetos; significa introducir las emociones, lo que no es medible ni mercantilizable en la negociación del desarrollo; significa aceptar las fantasías y los sueños…”.

Para los pueblos kichwas de los Andes, desarrollo, pobreza, riqueza, no existen. Existe más bien una visión holística de cómo debe actuar la sociedad en su conjunto para construir el Sumak Kausay (buen vivir), Sumak Allpa (tierra fértil sin mal) y Sacha Runa Yachay (todo el conocimiento ancestral).

El objetivo –resalta el autor-, es propiciar el buen vivir o el bienestar de la población local, con énfasis en la igualdad de oportunidades para los más pobres, fomentando actividades económicas que apunten hacia ese objetivo y con políticas claramente subordinadas a los requerimientos sociales, culturales y ambientales a fin de desestructurar el tradicional esquema económico; el buen vivir consiste en buscar y crear las condiciones materiales y espirituales para construir y mantener la vida armónica con la naturaleza. Contiene una diversidad de elementos a los que están condicionadas las acciones humanas que propician el ally kawsay, como son el conocimiento, los códigos de conducta ética y espiritual en la relación con el entorno, los valores humanos, la visión de futuro, entre otros».

Para el caso del Ecuador, Carpio hace referencia al buen vivir en la nueva Constitución ecuatoriana. Según su Art. 3., para la consecución del buen vivir, son deberes generales del Estado:

a) Garantizar los derechos fundamentales de las personas, las colectividades y la naturaleza.
b) Dirigir, planificar y regular el proceso de desarrollo.
c) Generar y ejecutar las políticas públicas y controlar y sancionar su incumplimiento.
d) Producir bienes, crear y mantener infraestructura, y proveer servicios públicos.
e) Impulsar el desarrollo de las actividades económicas, mediante un orden jurídico e instituciones políticas que las promuevan, fomenten y defiendan a través del cumplimiento de la Constitución y la ley.
f) Promover e impulsar la ciencia, la tecnología, las artes, los saberes ancestrales, en general las actividades de la iniciativa creativa comunitaria, asociativa, cooperativa y privada.

Añade que el Art. 4., para la consecución del buen vivir, a las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades y sus diversas formas organizativas, les corresponde:

a) Participar en todas las fases y espacios del poder público y de la planificación del desarrollo nacional y local, y en la ejecución y control del cumplimiento de los planes de desarrollo en todos sus niveles.
b) Producir, intercambiar y consumir bienes y servicios con responsabilidad social y ambiental.

El buen vivir implica a su vez deshacernos de visiones aparentemente novedosas  sobre sustentabilidad y sostenibilidad, pero que buscan más la sostenibilidad del capital que de la naturaleza.

En síntesis, el buen vivir no será viable sin una nueva relación entre economía y naturaleza impulsada por una nueva actitud de las personas, las comunidades, la sociedad en su conjunto respecto del consumo; tampoco si no concebimos un Estado incluyente donde la diversidad esté horizontalmente visibilizada en la plurinacionalidad, y ésta claramente definida en competencias y recursos descentralizados según las necesidades definidas localmente, en cada territorio. Nuevas regiones sólo pueden trazarse si los actores locales así lo requieren; de ninguna manera bajo el mandamiento tecnocrático que aún no supera el marco clásico. Se trata, y ése es el gran desafío de nuestros días, de articular un nuevo paradigma para el desarrollo.

Esto implica –siguiendo a Latouche (ver entrada Serge Latouche)-, renunciar al imaginario económico, es decir, a la creencia de que más es igual a mejor. Significa poner en duda el dominio de la economía sobre el resto de la vida, en la teoría y en la práctica, pero sobre todo en nuestras mentes.

 “Una persona feliz –afirma Hervé René Martin- no consume antidepresivos, no consulta psiquiatras, no intenta suicidarse, no rompe las vitrinas de las tiendas, no se pasa el día comprando objetos tan costosos como inútiles, en resumen, sólo participa débilmente en la actividad económica de la sociedad”. El decrecimiento puede hacer la vida más agradable. (p.71).

William Ospina (2008) cuestiona una sociedad de consumo que “cifra la supuesta felicidad de los individuos y las muchedumbres en una ilusoria opulencia, cada vez menos posible para las inmensas mayorías”.

Es importante llamar la atención sobre esta temática. Hay que reiterar que la calidad de vida, el buen vivir (mirar el “léxico local”), debe ser definido por la comunidad. De cada país, pueblo, de sus visiones, podemos aprender y establecer un “diálogo de saberes”.

Cuentan que en una época, a toda persona que quería visitar las pirámides de Egipto le hacían dos preguntas: ¿Es usted feliz? ¿A cuantas personas en su vida ha hecho usted feliz? De la respuesta dependía su entrada. Preguntas de fondo que sería bueno plantear en nuestra vida. Usted tiene la respuesta.


 *Entrada elaborada con base en el capítulo VII del libro: CARVAJAL  BURBANO, Arizaldo (2010). Desarrollo y cultura. Elementos para la reflexión y la acción, 3ª. Edición, Cali, Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano-Universidad del Valle. Y de los capítulos IX y X del libro: CARVAJAL  BURBANO, Arizaldo (2009). Desarrollo y postdesarrollo: Modelos y alternativas. Cali, Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano-Universidad del Valle.


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Anexo

RAZÓN PÚBLICA

Carlos Lemoine
Qué piensan y qué sienten los colombianos


Domingo, 22 de Mayo de 2011 22:28
Qué tan felices somos y por qué, qué tan justa, sostenible y segura es nuestra sociedad, cuánto y en cuáles instituciones confiamos, son las preguntas que permite responder una mirada a las encuestas internacionales, que aquí resume el conocido experto en este campo.


Hay cinco mediciones que permiten comparar lo que piensan y sienten los colombianos con lo que piensan y sienten las personas en otras partes del mundo. La encuesta mundial de Gallup, el Latinobarómetro -producido por la fundación del Latinobarómetro-, el barómetro de las Américas -que financia la Agencia Internacional para el Desarrollo, AID- y el Iberobarómetro de Gobernabilidad (IG) -que produce el Consorcio Iberoamericano de Investigaciones de Mercados y Asesoramiento (CIMA). El más antiguo de todos es el Iberobarómetro, publicado desde 1992 y coordinado desde Bogotá en el Centro Nacional de Consultoría. En este artículo usaré principalmente los datos referidos a 2011.

La felicidad

Resulta natural preguntar sobre la felicidad porque hacer que la gente sea feliz es un propósito de la sociedad.
Los estudios de Richard Layard muestran que el nivel de felicidad de la gente puede medirse a través de las encuestas. Es decir las encuestas si son útiles en el propósito de cuantificar esta variable subjetiva.
Una preocupación de los economistas es encontrar qué factores determinan la felicidad. Se ha encontrado que contribuyen a ella: la situación financiera, la situación de la familia, el trabajo, los amigos, la salud, la libertad y la vida espiritual.

En las mediciones que se han hecho, Latinoamérica es un continente con buen desempeño en este tema. En la pregunta directa ¿Qué tan feliz se siente? que se hace en el IG, Costa Rica ocupa el primer puesto, seguido por Honduras, por los latinos en Estados Unidos y por República Dominicana. Dentro de los 20 países que participaron en la medición, Bolivia ocupa el último lugar.
El puesto de Colombia es el 14. Es decir, los colombianos no somos los más felices, por lo menos en esta medición.
No existe diferencia en los niveles de felicidad entre hombres y mujeres.
Con la edad sí disminuye la felicidad: los jóvenes son significativamente más felices que los mayores.

La educación también contribuye positivamente a la felicidad: mientras que en las personas que tienen 5 o menos años de educación el índice es de 67,4 por ciento, entre los que tienen más de 16 años de educación el índice es de 79,8 por ciento.

Hay cinco factores subjetivos que explican la felicidad:
  • Estar conectado con el entorno en el que se vive,
  • Ser activo,
  • Seguir aprendiendo,
  • Ser generoso, y
  • Estar pendiente de hacer feliz a las personas que se quiere.
En este sentido, las mujeres les llevan ventaja a los hombres en tanto cuidan mejor de su entorno, son más activas, se sienten más conectadas con las personas que las rodean y se preocupan más por la felicidad de las personas que quieren.
La felicidad es un logro personal, cuya naturaleza capta muy bien Pablo Neruda en su Oda al Día Feliz:

"...Sucede solamente
que soy feliz
por los cuatro costados
del corazón, andando,
durmiendo o escribiendo.
Qué voy a hacerle soy feliz."
***
HUANACUNI MAMANI, Fernando (2010). Buen Vivir / Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas. Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).

“Resumen:
Se presenta el cambio que se está dando en la Región Andina desde la visión de los pueblos ancestrales indígenas originarios, y cómo repercute en el entorno mundial; promoviendo a través de estrategias y políticas, el paradigma comunitario de la cultura de la vida para vivir bien. Define los términos utilizados en español para describir el suma qamaña (aymara) o sumak kawsay (quechua) son vivir bien, utilizado en Bolivia, y buen vivir, utilizado en Ecuador.
Muestra como la práctica de este modo de vivir se refleja en una práctica cotidiana de respeto, armonía y equilibrio. Defiende que en la vida todo está interconectado, es interdependiente y está interrelacionado”.
CONSULTAR EN EL ENLACE:

***

Autores: Joaquim Sempere, Alberto Acosta, Saamah Abdallah y Mario Ortí. Selección de recursos documentales CIP-Ecosocial.
La búsqueda del bienestar, la felicidad y el buen vivir han sido y son objetivo común de  todas las sociedades, aunque ha variado enormemente cómo definirlo, medirlo y llevarlo a la práctica.

Consultar en el enlace:

http://www.bibliotecavirtual.info/2012/03/enfoques-sobre-bienestar-y-buen-vivir/

***

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Facundo Cabral - No soy de aquí, ni soy de allá


 
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Mario Benedetti "No te salves"



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LOS AMOROSOS- JAIME SABINES



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sábado, 14 de mayo de 2011

DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE

Frida Kahlo - Autorretrato con Collar de Espinas, 1940
 
 
DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE*

“Nosotros si queremos desarrollo,
lo que defendemos es que la forma de crecimiento
 no permita que cada vez nos empobrezcamos mas”.
Chico Méndez, en la película Brasil en llamas

En desarrollo local es importante mirar la relación desarrollo-medio ambiente; el debate sobre el desarrollo sostenible.

Ana Patricia  Quintana (2005) expresa que cuando se aspira calificar el desarrollo en términos temporo-espaciales, es preciso tener en cuenta el significado que se le asigna, ya que desde el punto de vista lingüístico, los términos sostenido, sostenible o sustentable tienen connotaciones distintas:

Sostenido, es lo que sostiene por si mismo, o sea,  aquello que ha llegado a un equilibrio que permite la prolongación de la estructura. Sostenible, se refiere a algo que tiene que ser sostenido, es decir un sistema en desequilibrio que exige inducciones externas para lograr la sostenibilidad. Y Sustentable, indica los esfuerzos realizados para lograr mantener ciertos equilibrios básicos que permitan lograr la continuidad de la vida.

Como lo señala Elizalde (2006), la historia del concepto de desarrollo sustentable muestra que éste es un concepto equívoco y polisémico, e incluso casi vacío. Es usado según conveniencias y visiones del mundo. La tan conocida versión de “aquel desarrollo que atiende las necesidades de las generaciones presentes sin menoscabar las necesidades de las futuras generaciones” (Informe Brundtland), encubre un acuerdo tácito de no profundizar en dicha definición.

Tengo la convicción de que es imprescindible que transitemos hacia una nueva cosmovisión que sustituya la aún vigente. La idea de sustentabilidad puede ayudarnos a diseñar y dibujar una nueva visión, una nueva comprensión, una nueva cosmología, urgente y necesaria para afrontar los enormes desafíos que enfrentamos. El cambio fundamental a realizar no está en el plano de la tecnología, ni de la política o de la economía, sino que está radicado en el plano de nuestras creencias, son ellas las que determinarán el mundo que habitemos (Elizalde, 2006:2).

Es volver a la significativa discusión desarrollo-cultura, donde se producen nuevas cosmologías, nuevos “modelos” de desarrollo.

El “desarrollo sostenible” –señala Palacio (1998)- hace parte de ese grupo de nociones operativas selectas que se venden como pan caliente: le gusta a tirios y a troyanos, a ambientalistas y desarrollistas, a policías y a ladrones, al Banco Mundial y a las Ong´s.

A pesar de que esas expresiones se van volviendo del sentido común, poco a poco, también se van convirtiendo en campos de batalla. Como son operativas y a todos gusta, todos las reinterpretan a su acomodo. Siendo conceptos de compromiso rebosan de imprecisión; la ambigüedad oculta por el significante que permite reunir posiciones contrapuestas o distantes, desata una lucha sobre el significado. No obstante, si alguien está interesado en ejercer una influencia política o académica en el corto o mediano plazo, no puede estar por fuera de ese terreno discursivo. (Palacio, 1998: 11).

En síntesis –expresa el autor- , la discusión sobre el desarrollo sostenible nos obliga a investigar de fondo categorías fundamentales del pensamiento como el tiempo y el espacio. Y la crisis ambiental coloca de presente un tema más tradicional, el tema propio de los luchadores del cambio social: el arreglo de cuentas con la naturaleza debe implicar un nuevo balance entre los seres humanos, entre los pueblos y entre grupos, clases y sectores sociales. (Palacio, 1998: 11-12).

Para Serge Latouche (2007:39-40) el desarrollo sostenible se trata de una chapuza conceptual “que intenta cambiar las palabras porque no se pueden cambiar las cosas”. “El desarrollo sostenible es como el infierno, está plagado de buenas intenciones”.

Señala el autor que según las ONG, se trata de un desarrollo “económicamente eficaz, ecológicamente sostenible, socialmente equitativo, democráticamente fundado, geopolíticamente aceptable, culturalmente diversificado; en resumen: el mirlo blanco”.

En su visión crítica a estas concepciones, agrega que es evidente que tener en cuenta el medio ambiente no va necesariamente en contra de los intereses individuales y colectivos de los agentes económicos. Para los poderosos, no es el medio ambiente lo que se trata de preservar, sino, ante todo, el desarrollo. Que el desarrollo sostenible es sospechoso a priori, ya que engendra unanimidad.

Una llave que abre todas las puertas es una mala llave. Un concepto que satisface al rico y al pobre, al Norte y al Sur, la patrón y al obrero, etc, es un mal concepto. Cada cual interpreta lo que quiere, y mientras se ponen las esperanzas en las palabras, las prácticas se encargan de destrozarlas y estrangularlas. (p.48).

El “desarrollo sostenible” es también un concepto que ha estado rondando desde hace ya algún tiempo. Su origen puede rastrearse hasta las preocupaciones de las ambientalistas acerca de la degradación de los recursos naturales causada por el desarrollo convencional. Este concepto se convirtió en una preocupación más sistemática para el PNUD como resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro, y la adopción de la Agenda 21 en 1992, la cual le da al PNUD un mayor papel entre le sistema de las Naciones Unidas sobre el manejo de recursos naturales y el medio ambiente. El reto de la organización ha sido la manera de integrar el desarrollo sostenible con el desarrollo humano, y el significado de los dos términos juntos. La Agenda 21 hace más fácil esta tarea al enfatizar la conexión entre el uso sostenible de los recursos naturales y el desarrollo humano. Sin embargo, no ha sido fácil encontrar una integración de los dos conceptos. (Ramírez, 1998: 77-78).

Aquellos proyectos que resulten ser efectivos para probar la viabilidad de las de las opciones de desarrollo, requerirán tener en cuenta varios factores:

1. Las ideas e innovaciones deben originarse localmente, y la gente que esté involucrada deberá controlar el proceso experimental. Es únicamente a través de este tipo de apropiación que las lecciones del aprendizaje social pueden trasladarse en nueves formas de capital social.

2. Los proyectos deberán ser abiertos y participativos de tal manera que ofrezcan igualdad de oportunidades de aprendizaje para aquellos que estén involucrados en su ejecución.

3. Los proyectos necesitan ser formulados de manera que inspiren y sean catalizadores.

4. Los proyectos necesitan tener un horizonte a largo plazo que permitan un aprendizaje acumulativo e iterativo.

5. Los proyectos deben contribuir al desarrollo institucional, ampliamente definido como la formación de nuevos hábitos y rutinas. Aquellos proyectos que están diseñados para desarrollar objetivos principalmente administrativos no contribuyen al DHS. (Ramírez, 1998).

Para González (2000:350), el desarrollo que se enfoque desde un compromiso ambiental debe cumplir una serie de condiciones:

-Global: que afecte a todos los sectores.
-Local y de abajo hacia arriba: iniciarse en la comunidad local.
-Endógeno: a partir de los propios recursos: naturales, culturales, folklóricos, arqueológicos, etc.
-Integrado y sistémico: relacionados unos aspectos con otros.
-Flexible: susceptible de ser reconducido.
-Participativo: contando con la población local.
-Concertado: negociado entre los diversos agentes económicos.
-Prospectivo: imaginando escenarios futuros.
-Sostenible: respetando criterios de racionalidad en el uso de los recursos del entorno.
-Planificado: conducido de forma organizada hacia el futuro.

Juan Carlos Mijangos (2006) habla del concepto de desarrollo sustentable.

El tema del medio ambiente entra a la palestra de la economía política y la discusión científica hacia los primeros años de la década de los setenta, estableciendo como punto de toque el carácter finito de los recursos naturales del planeta. Surge así una crítica aguda del desarrollo basado en las premisas de una naturaleza de carácter infinito, cuyas riquezas podrían ser expoliadas indefinidamente con el concurso de cada vez mejores y más eficaces tecnologías. Estas críticas parten, por un lado de las filas ambientalistas y, por otro, de las corrientes de economistas que planteaban las desigualdades generadas por los procesos de desarrollo vigentes, cuyos defensores de aquel momento consideraban la destrucción ambiental bajo el eufemismo de “externalidades negativas”.

El proceso de consecución del desarrollo sustentable implica muchos más que variables de orden económico y ambiental por separado. Supone una visión holística y comprensiva de las íntimas ligas que unen ambos procesos con elementos de orden educativo, cultural, ético y aún estético, así como con cuestiones de orden político que permitan la incorporación al desarrollo de grupos en desventaja. Como más adelante se apunta, esto marca inflexiones importantes en las diversas vertientes del desarrollo sustentable. (Mijangos, 2006: 32).  

En tal sentido, se considera que cualquier política de cambio se encuentra condenada al fracaso sino cuenta con un elevado protagonismo popular capaz de plantear un proceso que deje de perseguir, como proyecto de sociedad deseable, el camino de las sociedades industrializadas. Aunque todavía de forma muy general y poco delineada, se plantea la democratización social y la formulación de proyectos propios e insertos en la solución de las necesidades concretas de los grupos populares, como condiciones sine qua non del desarrollo sustentable en la región.

Una perspectiva latinoamericana el desarrollo sustentable implica:

a) Promover un enfoque sistémico de proyectos múltiples.
b) Énfasis en la participación de organizaciones locales en la decisión de proyectos.
c) Programación a largo plazo.
d) Intercambio de experiencias en los procesos de desarrollo local y regional.
e) Promoción del pluralismo de ideas y recursos para impedir el monopolio.
f) Vínculos entre gobiernos y sociedad civil para ampliar la base social de acción.
g) Inclusión del medio ambiente en las cuentas patrimoniales.
h) Rediseño de la relación con los países ricos.
i) Uso prioritario de los propios recursos y posibilidades atendiendo a las características endógenas socioculturales, nacionales e históricas.
j) Introducción de la perspectiva ambiental en los ámbitos formales y no formales de la educación, a fin de que esta inclusión redunde en la obtención de tecnología propia. (Mijangos, 2006: 33-34).

De la eficacia y éxito de los procesos locales de desarrollo y su vinculación en un amplio movimiento popular –señala Mijangos-  puede depender la capacidad de mejorar la correlación de fuerza que hoy día es altamente desfavorable a los pobres de la tierra, ante el proyecto neoliberal en marcha. En ese sentido, estas posturas enfocadas al intento por desarrollar los procesos locales, se aproximan a las concepciones económicas sustentadas por premio Nobel Amartya Sen (2000) en el sentido de la imperiosa necesidad de que la economía atienda la solución de los problemas de las personas, no los del capital.

Una política económica que se preocupe realmente por el desarrollo económico sostenible, instituye la producción y la comercialización acorde con las economías nacionales y regionales para mantenerse y ser, en el futuro, menos vulnerable frente a los movimientos transnacionales incontrolados del capital financiero.

Al desarrollo no sólo se le agrega el adjetivo de sostenible, sino también el de humano, encontrándonos con el concepto de desarrollo humano sostenible.

El Desarrollo Humano Sostenible (DHS) surge como una alternativa de desarrollo que no solamente se enfoca en el crecimiento económico, sino que busca las medidas que garanticen la distribución de sus beneficios equitativamente, que regenera y conserva el medio ambiente en lugar de destruirlo, que fortalece a la gente en lugar de marginarla. El DHS da prioridad al pobre, ampliando sus posibilidades y oportunidades, y ofreciendo su participación en las decisiones que los afecta. El DHS es desarrollo a favor de la pobreza, la naturaleza, el empleo, la mujer y la infancia. (Ramírez, 1998: 69-70)

Quintana (2005), retomando al PNUD, expresa que “El desarrollo humano sostenible es aquel que no solamente genera crecimiento sino que distribuye sus beneficios equitativamente; que regenera el medio ambiente en vez de destruirlo; que fortalece a la gente en vez de marginarla”.

En el caso colombiano, es importante analizar el Plan de Desarrollo; el modelo de economía, de sociedad que se plantean ¿La “locomotora” de la minería apunta a un desarrollo sustentable? Claramente que no; este es un modelo destructivo, depredador del medio ambiente y de la gente.

Así, un gran reto desde lo local es trabajar por un “desarrollo humano sostenible”, valorando las culturas locales y sus aportes en defensa de la naturaleza y de la vida.


*Entrada elaborada con base en el capítulo VIII del libro: CARVAJAL  BURBANO, Arizaldo (2009). Desarrollo y postdesarrollo: Modelos y alternativas. Cali, Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano-Universidad del Valle.

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Minería contaminante y Saqueo de ORO en Colombia
Oro – canción de Chocquibtown




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Minería contaminante a cielo abierto en Colombia
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“!!! el agua y la vida…
valen más que el oro ¡!!”


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(Foto: Hernán Vargas/EL LIBERAL)

El Liberal -Popayán


Jueves 29 de Septiembre de 2011 - 02:00 AM

Indígenas arremeten contra la minería ilegal

Decididos a no permitir la explotación ilícita e indiscriminada de la riqueza mineral que guardan sus fuentes hídricas y sus suelos, las comunidades indígenas del municipio de Caldono realizaron ayer una jornada de liberación de la Madre Tierra.
Caldono
Como resultado de la actividad, los nativos inutilizaron dos retroexcavadoras y una draga que venían siendo utilizadas para la extracción de oro en el río Mondomo, en límites con el municipio de Santander de Quilichao y el Resguardo Las Mercedes.

“A las personas que se encontraban en la mina ya se les había solicitado el favor de parar la explotación y retirarse del lugar; ante el incumplimiento de este preaviso y el grave  impacto ambiental que venían causado, la guardia indígena y los comuneros tomaron la decisión de incinerar dicha maquinaria”, señaló uno de los participantes en la jornada.

Las comunidades indígenas denuncian la falta de control que ejercen las autoridades competentes, consideradas como las directamente responsables de la expansión de la explotación ilícita de minerales en el Cauca, que ha traído consigo problemas ambientales, sociales y culturales para las comunidades.

“Si eso sucede en Caldono donde defendemos nuestro territorio ¿qué se puede esperar en otros municipios en donde se sabe que se implementa la minería ilegal, pero guardan silencio?”, anotó el comunero.
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Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC)










Geoportal
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