DESARROLLOS, CULTURAS Y TRABAJO SOCIAL
CHARLA MEET – AGOSTO 5 DE 2020
Como prometí, elaboro
esta entrada de mi blog en relación con la charla dictada el día de hoy
miércoles (5-6:15 pm) denominada: DESARROLLOS, CULTURAS Y
TRABAJO SOCIAL, y donde les comparto el enlace de la grabación
de la sesión, para que vuelvan a escucharla y la socialicen a personas
interesadas en la temática. Ver:
https://drive.google.com/file/d/1qIcjb5GNykgqYGYHj1SiaJ4f2tfrBjFg/view
En la charla se trabajaron cuatro puntos:
I.TEORÍAS Y MODELOS DE DESARROLLO
II.CULTURAS E
IDENTIDADES
III. DESARROLLOS Y
CULTURAS
IV. DESARROLLOS,
CULTURAS Y TRABAJO SOCIAL
Hablamos del carácter polisémico, polémico y dinámico -multiuso y abuso- de los conceptos:
¡ DESARROLLO
¡ CULTURA
¡ TRABAJO SOCIAL
Señalaba que me alejo de las visiones esencialistas de la cultura y del desarrollo. En África, cuando se habla de cultura, se utiliza la metáfora del hormiguero, para expresar su dinamismo, su continuo y frenético movimiento.
Considero que esta es una temática
relevante para el Trabajo Social, y principalmente para aquellas personas que trabajan
en procesos de desarrollo –llámese comunitario, local., sostenible, etc- y
donde la cultura es una dimensión/escenario fundamental. Así
“la cultura constituye un acto supremo de alteridad, que hace posible el
encuentro dialogal de los seres humanos para ir estructurando un sentido
colectivo de su ser y estar en el mundo y la vida”.
Silvia Navarro, en su artículo Contra los puentes levadizos: la formación de trabajadores sociales en clave comunitaria, manifiesta que los diferentes espacios formativos de los futuros trabajadores sociales demandan incorporar elementos y estrategias que les ayuden a descubrir la práctica comunitaria y a tomar partido por ella, no sólo desde una perspectiva teórica o instrumental, sino, sobre todo, desde una perspectiva existencial y comprometida, firmemente arraigada dentro de su proyecto vital y profesional. Lo cual requiere “coherencia entre lo que pensamos, lo que decimos, aquello que hacemos y cómo lo hacemos”. Es descubrir existencialmente el sentido de su “ser profesional” en relación con la comunidad.
Comparto
con esta autora la idea de que la intervención profesional y la formación
impartida orientadas hacia la comunidad, sólo cobrarán verdadero sentido y
legitimidad si son capaces de traducirse de forma tangible en prácticas, de
provocar dinámicas, de multiplicar oportunidades de creatividad, de alentar
reflexividades constructivas.
