viernes, 3 de junio de 2011

GÉNERO Y DESARROLLO

“La niña de la columna” – Ricardo Acevedo Bernal, Colombia


GÉNERO Y DESARROLLO*

“No hay desarrollo humano sin las mujeres y que la democracia implica,
en primer término, la democracia genérica”.
Marcela Lagarde

“Ten cuidado con el presente que construyes,
debe parecerse al futuro que sueñas”
 Mujeres creando, Bolivia

El género es una relación social. Si la cultura se asume como la forma en que se expresan y simbolizan las relaciones sociales, lo importante aquí es mirar el significado de dichas relaciones para hombres y mujeres, y la forma como juegan estas representaciones en relación con el desarrollo.

LA DIMENSIÓN DE GÉNERO EN EL DESARROLLO

El concepto de género –como el de desarrollo- es polémico y polisémico. Expresa Gabriela Castellanos que durante muchos años “la teoría feminista ha insistido en que las identidades femeninas y masculinas, así como las relaciones sociales entre hombres y mujeres, responden fundamentalmente a condicionamientos culturales, y no a la tiranía de una supuesta naturaleza biológica, invariable, ahistórica” (Castellanos, 2002:17). Así, el concepto de género es una contestación que opone cultura versus naturaleza, y “la idea de género surge en el pensamiento feminista como una reacción frente a la constatación de que las discriminaciones, la inferiorización y la subordinación de las mujeres se construye, justifica y legitima sobre la base de determinadas diferencias consideradas naturales e inmutables” (López y Sierra: 2001:1). El género es parte del contexto sociocultural. Es importante recordar que los estudios de género van más allá de una división de sexos (género no es igual a mujer) y que es fundamental analizar las relaciones sociales que se establecen entre hombres y mujeres.

Es especialmente importante tener en cuenta que la dimensión de género no ha de entenderse en la forma tradicional, como la línea biológica divisoria entre sexos, sino más bien en términos de las condiciones sociales y económicas que caracterizan las relaciones entre hombres y mujeres (NORAD, 1997:62).
Como vemos, la categoría de género, impulsada por el pensamiento feminista, fue creada para explicar que los roles sociales asignados y ejercidos por las mujeres y los hombres no son producto de diferencias biológicas "naturales" ni de sexo, sino el resultado de construcciones sociales y culturales asumidas históricamente.
El género es dinámico, es cambiante; el género es específico de cada cultura. En este sentido comporta un fuerte componente político e ideológico, transformador (García).


Actualmente la perspectiva de género en el desarrollo “goza de una gran legitimidad internacional”. La perspectiva de género trata de tener en cuenta aquellas diferencias que existen entre hombres y mujeres y las relaciones de poder que se establecen entre ellos, en el análisis de la realidad social del país y la comunidad donde van a llevarse a cabo iniciativas de desarrollo. Estos factores determinan las distintas oportunidades que hombres y mujeres tienen para participar en la definición y beneficiarse del proceso de desarrollo (López y Sierra, 2001:17).

Cuando se habla del papel del género en el desarrollo, generalmente se remite a tres ámbitos: reproductivo, productivo y comunitario:

PAPELES DE GÉNERO EN EL DESARROLLO

REPRODUCCIÓN

Tareas necesarias para asegurar la reproducción -es decir, la renovación- y mantenimiento de la fuerza de trabajo
PRODUCCIÓN
Todo el trabajo que produce un excedente, en forma de productos, pagos o salarios, incluyendo al producción de alimentos
GESTIÓN DE LA COMUNIDAD
Trabajos de mantenimiento de las funciones de la sociedad; por ejemplo, suministro de agua, servicios sanitarios, educación.


FUENTE: NORAD (Agencia Noruega para el Desarrollo)

Según Itziar Hernández, el debate centrado en las relaciones de poder, del conflicto y las relaciones de género para entender la subordinación de las mujeres, permitió pasar paulatinamente de una concepción de Mujer en el Desarrollo (MED) a Género en el Desarrollo (GED) que está practicando metodologías y herramientas para la planificación (Hernández, 1999:77).

El enfoque de Género en el Desarrollo -añade- además de tratar de satisfacer las necesidades de las mujeres partiendo de un análisis de las relaciones de género en los hogares, comunidad e instituciones, cuestiona el modelo de desarrollo dominante con la alternativa de un desarrollo humano sostenible y equitativo. Veamos (Ibid, p.78):

ASPECTOS PRINCIPALES DE MED Y GED


MUJERES EN EL DESARROLLO

GÉNERO EN EL DESARROLLO

ENFOQUE
Mujeres como centro del problema.
Desarrollo de mujeres y hombres.
TEMA CENTRAL
Mujeres (y niñas).
Relaciones entre mujeres y hombres.
PROBLEMA
La exclusión de las mujeres del proceso de desarrollo (siendo la mitad de los recursos humanos productivos).
Relaciones desiguales de poder (ricos y pobres, hombres y mujeres) que frenan un desarrollo igualitario y la plena participación de las mujeres.
OBJETIVO
Desarrollo más eficiente.
Desarrollo sostenible e igualitario con toma de decisiones compartidas entre hombres y mujeres.
SOLUCIÓN
Integración de las mujeres en el proceso de desarrollo existente.
“Empoderamiento” de las mujeres y personas desfavorecidas.
 Transformación de relaciones desiguales.
ESTRATEGIAS
·       Proyectos de mujeres.
·       Componente de mujeres.
·       Proyectos integrados.
·       Aumentar la productividad de las mujeres.
·       Aumentar los ingresos de las mujeres.
·       Aumentar las habilidades de las mujeres para cuidar el hogar.
·       Identificar y señalar las necesidades prácticas de mujeres y hombres para mejorar sus condiciones de vida
·       Al mismo tiempo, identificar y señalar los intereses estratégicos de las mujeres.
PROBLEMAS
CONSECUENCIA
Este enfoque ha aumentado a menudo la carga de trabajo de las mujeres sin lograr un mayor poder económico. Las mujeres no han sido consultadas sobre el tipo de desarrollo e integración que buscaban.
  Se da una “integración” en el mundo de los hombres sin cambios en las relaciones de poder.
Las intervenciones del proyecto se basan en los roles, responsabilidades y poder de las mujeres y los hombres en la sociedad a la que pertenecen y las necesidades resultantes para cambiar su situación.
  Se puede entender GED como un esfuerzo para mejorar la posición de las mujeres en relación a los hombres de manera que beneficie y transforme la sociedad en su totalidad.


FUENTE: OXFAM, 1997.

Es importante esta distinción entre Mujer en el Desarrollo y Género en el Desarrollo que, a menudo, se emplean como sinónimos. Como ya hemos visto difieren en su enfoque, “lo cual tiene implicaciones en las políticas que concluyen en una estrategia política, en la planificación, y en la implementación que es el proceso de acción”.

LAS NECESIDADES DE GÉNERO EN EL DESARROLLO

En el desarrollo con perspectiva de género, se definen dos tipos de necesidades: las prácticas y las estratégicas. Veamos:

NECESIDADES PRÁCTICAS

Necesidades cubiertas dentro del papel socialmente aceptado del individuo, tales como:
·       Acceso a artículos de consumo básicos como agua, vivienda, alimentos, etc.
·       Acceso a servicios sociales básicos
·       Acceso a un trabajo generador de renta
NECESIDADES ESTRATÉGICAS
Necesidades que implican el fortalecimiento del papel de los individuos en la sociedad, tales como:
·       Reducción de las desigualdades en la división del trabajo entre sexos
·       Reducción de la carga de trabajo relacionada con el hogar y el cuidado de los niños
·       Reducción de desigualdades en relación con los derechos de acceso a la tierra y la propiedad
·       Igualdad política
·       Acceso al crédito
·       Prevención del abuso de poder y violencia por parte del hombre
·       Educación


FUENTE: NORAD (Agencia Noruega para el Desarrollo)

Para Irene López (2000:66), promover el empoderamiento de las mujeres implica, por tanto, enfocar no sólo las necesidades prácticas sino también las estratégicas de forma interrelacionada. De ahí que se requiera un cuestionamiento de las relaciones de poder, de la misma estructura social que posibilita estas desigualdades. Y donde las mujeres hablen con su propia voz.

Comparto la opinión de López y Alcalde de que “trabajar los problemas del desarrollo desde una perspectiva de género implica una toma de postura ante la realidad no exenta de riesgos y obstáculos”.

Implica, sobre todo, un posicionamiento ético y político. Ético porque se fundamenta en valores tan fuertes como la equidad y la justicia y político porque rechaza el asepticismo y no se conforma con la realidad existente: vive y cobra sentido a través de la intervención contra la desigualdad, la deconstrucción de las estructuras que la mantienen y el cambio hacia una sociedad que reconozca la paridad en la diferencia (López y Alcalde, 1999:7).

Añaden que las mujeres han estado excluidas de la construcción de la cultura, el pensamiento, la política. Y que “su contribución al desarrollo de sus países ha sido in visibilizada y la conformación del modelo de desarrollo predominante ha sido ajena a sus experiencias y puntos de vista”.

Hay que anotar que se ha avanzado en un amplio reconocimiento del rol de la mujer en los procesos de desarrollo, “así como en la visibilidad de las mujeres en las estadísticas e investigaciones”.

Como bien lo señala Itziar Hernández “a pesar de las dificultades, la incorporación de las mujeres en el desarrollo es un proceso imparable como lo es el aumento de grupos de mujeres en todos los países del mundo que están trabajando en la construcción de una alternativa al modelo de desarrollo imperante”.


*Esta entrada fue elaborada con base en el capítulo VI del libro: CARVAJAL  BURBANO, Arizaldo (2010). Desarrollo y cultura. Elementos para la reflexión y la acción. 3ª. Edición, Cali, Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano-Universidad del Valle.

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