martes, 26 de abril de 2011

ÉTICA DEL DESARROLLO


OBRA DEL PINTOR COLOMBIANO CARLOS JACANAMIJOY

ÉTICA DEL DESARROLLO*

Es importante mirar las dimensiones ético-políticas del desarrollo en general, y del desarrollo local en particular. El Agente de Desarrollo Local o cualquier persona que trabaje en este campo no escapa a unos dilemas éticos.

Esto no es ajeno a una vieja pero siempre relevante y vigente discusión: el papel de intelectual con los procesos de cambio, que en cierta medida se convierte en un problema ético. Como lo expresa Eloy Mealla (2006), “si cabe hablar de un giro ético, más bien habría que entenderlo como indignación ética ante la desigualdad y la miseria; indignación que provoca la determinación de constituir una nueva teoría del desarrollo basada en el compromiso con la realidad económica, política y social. Actualmente, una perspectiva ética del desarrollo significaría el coraje intelectual de asumir el desafío de reconstruir un pensamiento social de la región, ante décadas de deslegitimación académica y política, siendo imperioso volver a colocar el desarrollo en el centro del debate”.

Sabemos que la ética más que un discurso es una práctica. Los indígenas nos aconsejan que no leamos a las personas en sus discursos, sino en sus prácticas. “La mejor forma de decir es hacer”.

Fernando Savater en su ya libro clásico Ética para Amador, define la ética como el arte de vivir. Vélez y Galeano entienden la ética “como el saber que reflexiona sobre las acciones e interacciones reguladoras de los comportamientos sociales y del ejercicio de la voluntad individual, permite la comprensión de valores diferentes a los legalmente establecidos y constituye un referente a través del cual se establece un reordenamiento de las relaciones sociales”. Para Rosa María Cifuentes “los principios éticos y valores direccionan la intervención. Los primeros son pautas particulares por las que l@s profesionales rigen la intervención, se relacionan con las intencionalidades.  Los valores son “supuestos generales constitutivos;  tienen trasfondo ético, filosófico y político”.

Partiendo del concepto weberiano de ética de la responsabilidad, se asume la ética como práctica, como modo de vida (Galeano, 2004). Una actitud ética también nos permite comprender la diversidad de valores, las relaciones sociales de los actores; en un campo ínter subjetivo, de relación con el otro. El asumir esta responsabilidad –añade Galeano- implica para el investigador plantearse por lo menos dos preguntas: ¿a quién responde?, ¿cómo responde? “Responsable es el que responde”. Algo válido también para la intervención en procesos de desarrollo. La ética invita a una relación ética con los sujetos sociales con los que interactúa.

Natalio Kisnerman, en su sugerente artículo Etica, ¿para qué? (2001), expresa que la ética y la moral no son actividades científicas ni teóricas sino, en cambio, actividades reflexivas. Y su función es comprender y dilucidar el sentido de nuestros actos, desde los valores que los guían. Humberto Maturana (citado en Kisnerman, 2005) señala que “las soluciones de cualquier problema social siempre pertenecen al dominio de la ética”, que hace referencia a la elección de propósitos mediante los cuales operamos; son los valores con los cuales guiamos nuestra acción, y así la Ética es la reflexión sobre el por qué esos comportamientos y valores se consideran válidos en el contexto de las relaciones sociales.

Una interesante reflexión desde el debate ético-político la plantea Cecilia Aguayo. Expone que los profesionales prácticos son mediadores  entre el debate epistemológico-metodológico y el ético-político, “al trabajar con personas, grupos e instituciones donde se cruzan permanentemente intereses, valores y opciones”. Esto nos lleva –agrega- a pensar una acción social situada históricamente, en un contexto social, cultural y político que piensa su “experiencia histórica como resorte de su realidad”. Y la acción social mirada desde este ámbito rescata lo político, el poder y la reflexión ética que la constituye.

Adela Cortina (2006) nos habla de una ética comunicativa y una ética del reconocimiento compasivo. La primera reconoce al otro como interlocutor válido, con el que le une un vínculo comunicativo. “El reconocimiento recíproco es el núcleo de la vida social”, todos deben ser reconocidos como personas, asumiendo un principio de co-responsabilidad. La segunda se refiere al lado experiencial del reconocimiento recíproco, una compasión que significa “compadecer el sufrimiento y el gozo”, de compartir la vida, del respeto a la dignidad. “Por eso el hambre, la miseria, la escasez material, política y cultural, son radicalmente inmorales e incoherentes con una cultura que se autocomprende como defensora de los derechos humanos. Por eso es intolerable la exclusión”. Así, termina Cortina, “el reconocimiento compasivo es entonces la fuente de exigencias de justicia y obligaciones de gratuidad, sin las que una vida no es digna de ser vivida”.

Ligado a la ética también es importante la pregunta por los principios y valores de estas mismas (respeto a las personas, la dignidad humana, la diversidad cultural, al desarrollo sustentable, al respeto a los derechos humanos, incentivar mayor tolerancia, etc). Todos estos valores pueden y requieren ser incorporados en procesos de desarrollo, de intervención.

León Olivé (1997) plantea una importante relación: ética y diversidad cultural. Señala que la diversidad cultural en el mundo es un hecho, un hecho que plantea problemas agudos en el mundo iberoamericano, constituido por una pluralidad cultural, por grupos étnicos que constituyen minorías. Y esto plantea una serie de problemas “que no pueden formularse y resolverse únicamente con base en el mejor conocimiento empírico del mundo social, ni con base en la tecnología, sino que obligan a reflexionar acerca de las normas, los valores y los fines en función de los cuales deberían orientarse las acciones de las personas y de las instituciones que participan en las interacciones transculturales”.

Mealla (2006) dedica su trabajo al denominado “giro ético” en el actual debate sobre el desarrollo:

La vinculación entre ética y desarrollo tiene un doble perfil. Por un lado, resulta atrayente, si por ello se entiende una consideración integral del desarrollo que permita superar consideraciones reduccionistas (especialmente de carácter economicista) que en realidad son “no desarrollo” o “antidesarrollo” (Goulet, 1965) o la “ilusión del desarrollo” (García Delgado, 2003). Es interesante observar que con el simple hecho de cuestionar el economicismo, se ingresaría en una perspectiva ética del desarrollo. Por otro lado, el “giro ético”, en algunas recientes teorías del desarrollo, nos causa cierta preocupación, desde el momento en que puedan derivar en una manera de acentuar aspectos culturales soslayando la base económica del desarrollo o centrándose de manera exclusiva en una especie de cruzada moralista contra la corrupción.

El autor cree que habría otra manera más vigorosa de relacionarse ética y desarrollo (aunque todavía con necesidad de vertebrarse más) que engarzaría mejor con el paradigma alternativo que se busca y que consistiría en entender la ética del desarrollo en una dirección distinta. “Se trata de una ética que apunte fundamentalmente a consolidar el derecho al desarrollo de los pueblos que, eludiendo énfasis retóricos y retrospectivos, lo adapte a la realidad actual de una manera mucho más crítica. De este modo, nos prevenimos y superamos una orientación limitadamente culturalista e individualista del desarrollo”. Los planteamientos acerca del derecho al desarrollo gozan ya de varías décadas.  

Por todo ello, al momento de pensar una perspectiva ética de una estrategia de desarrollo, ésta tiene que ver tanto con los valores que guían el proceso como con los fines que orientan la estrategia, de manera de evitar que los medios terminen suplantándolos. 

Para Denis Goulet, en su libro Ética del desarrollo (1999), es importante mirar los objetivos del desarrollo ¿desarrollo para qué? Señala que el desarrollo no es un fin absoluto, es un medio que “está subordinado a la vida digna”. De ahí que sea preciso hablar de valores en el desarrollo (el sustento de la vida, la estima, la solidaridad, la libertad).

Un aspecto significativo de la ética tiene que ver con el compromiso. Maritza Montero (2007) dice que las palabras compromiso y comunidad casi siempre van unidas, sobre todo cuando se habla del trabajo comunitario. “A menudo escuchamos que es necesario comprometerse con dicho trabajo, o con los objetivos y las metas de la comunidad. O bien se dice que alguien carece de compromiso o no estaba comprometido con lo que se hacía. El compromiso asume así visos de cualidad, de virtud, de condición necesaria para trabajar en, con y para la comunidad”. Así, la autora entiende por “compromiso”: la conciencia y el sentimiento de responsabilidad  y obligación respecto del trabajo y los objetivos de un grupo, comunidad, proyecto o causa, que conduce a la persona a acompañar, actuar y responder ante ellos por las acciones llevadas a cabo ( Pág. 236).

Montero (2007:238), se refiere al carácter crítico del compromiso, haciendo una distinción entre lo que es y no es compromiso. Veamos:


Compromiso es

Compromiso no es
  • Acto crítico de encuentro y superación, entre agentes externos e internos.
  • Valoración de lo popular en sí mismo.
  • Respeto por el saber popular y recuperación del mismo.
  • Conocimiento de la intervención de lo subjetivo en lo objetivo y viceversa.
  • Reconocimiento del derecho a participar en la investigación que tienen los miembros de la comunidad.
  • Articulación de teoría y práctica para lograr la transformación  del conocimiento y del mundo.
  • Consideración activa del ser humano.
  • Algo que nace de intereses subjetivos e ideológicos.
  • Una actitud personal benevolente de agentes externos de la comunidad.
  • Un servicio destinado a “apoyar los caprichos y veleidades del proletariado o de cualquier otro grupo” (Lane y Sawaia, pág. 75).
  • La anulación del agente externo en los agentes internos.
  • Populismo.
  • Adopción de la visión de sujeto  de investigación, considerando, acríticamente, que la verdad está en él.
  • Beneficencia, caridad.
  • Activismo.
  • Empirismo irreflexivo.


Decíamos que el tipo de mirada sobre “el otro”, en cierta medida también nos determina el tipo o modelo de desarrollo para ese “otro” ¿Cómo representamos al otro? Comparto con Castillejo (2000) su llamado en el sentido de “plantear una teoría sobre la construcción social de lo otro, una poética de la alteridad”.


*Entrada elaborada con base en el capítulo X “RETOS DEL DESARROLLO ALTERNATIVO, ETICA DEL DESARROLLO Y TRABAJO SOCIAL. (A modo de conclusión)”, de mi libro:
CARVAJAL  BURBANO, Arizaldo (2009). Desarrollo y postdesarrollo: Modelos y alternativas. Cali, Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano-Universidad del Valle.

Vincent Van Gogh - Primeros pasos (para Millet)

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CURSO: “ÉTICA DEL DESARROLLO”
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íntegramente a través de Internet

“Es un gusto poderles presentar este curso de “Ética del desarrollo”, justo en este momento en que se está aplicando la palabra ética a la mayoría de problemas que se nos pueden presentar en nuestra vida cotidiana (…), me permito presentarles este curso básico de Ética del desarrollo en donde se expone de manera muy breve y general la concepción de la ética, de la ética aplicada y de la ética del desarrollo”.
Profesor: Raymundo Castillo Bautista

SEGUIR CURSO EN:

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ALGUNOS LIBROS RECOMENDADOS SOBRE ÉTICA:



DENIS GOULET -  ÉTICA DEL DESARROLLO. GUÍA TEÓRICA Y PRÁCTICA


BERNARDO KLIKSBERG – MÁS ÉTICA MÁS DESARROLLO

NATALIO KISNERMAN - ÉTICA ¿UN DISCURSO O UNA PRACTICA SOCIAL?

LEÓN OLIVÉ (COMPILADOR) - ÉTICA Y DIVERSIDAD CULTURAL
  
FRANCISCO JAVIER BERMEJO (coord.) – ÉTICA Y TRABAJO SOCIAL



DANIEL GARCÍA DELGADO Y  JUAN CARLOS SCANNONE (COMPS.) -ÉTICA, DESARROLLO Y REGIÓN. HACIA UN REGIONALISMO INTEGRAL


MARTÌN JOHANI URQUIJO ANGARITA
ÉTICA, CIUDADANÌA Y DEMOCRACIA. ELEMENTOS PARA UNA ÉTICA CIUDADANA
 
FERNANDO SAVATER – ÉTICA PARA AMADOR

ADELA CORTINA ORTS y EMILIO MARTÍNEZ NAVARRO - ÉTICA

ADELA CORTINA y CONILL SANCHO, JESÚS- 10 PALABRAS CLAVE EN ÉTICA DE LAS PROFESIONES




  Fundación PROhumana - LA RESPONSABILIDAD SOCIAL: CONSTRUYENDO SENTIDOS ÉTICOS PARA EL DESARROLLO
Entrevista a José Saramago
Ver video-Youtube
Saramago: "La parte más débil del sistema: 'el ser humano'"



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Despabílate amor [Mario Benedetti]

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jueves, 14 de abril de 2011

LA VEGA: EL RESCATE DE LO LOCAL

La Vega – Cauca - Colombia
Homenaje a mi pueblo
…o el rescate de lo local, del lugar

LA VEGA –FOTO PANORÁMICA


Cuando pensamos, sentimos y actuamos en lo local, “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”, como dice una hermosa canción.

VER VIDEO-YOUTUBE:
MERCEDES SOSA - CANCION DE LAS SIMPLES COSAS


En la mayoría de discursos sobre el desarrollo la dimensión local está presente. Sí, por todas partes escuchamos los mensajes de que estamos en la “era de la globalización”. Pero, hay que tener en cuenta que la globalización es asible en lo pequeño y lo concreto, in situ, en la propia vida y en los símbolos culturales, en lo local, en el lugar; la relación entre lo local y lo global hay que verla como “dos caras de un proceso”.

Para Barcellona la comunidad no es “nostalgia”. Se requiere la comunicación con el otro, como base necesaria para la confirmación de la identidad. Es “la búsqueda de un terreno común más allá de la abstracción mutiladora del universalismo”. Como lo expresa Villasante:

“Lo pequeño es hermoso”, no para encerrarse en ello, sino para poder aprehenderlo y moverse con soltura y confianza, para poder adecuarlo a las necesidades específicas de cada sujeto y de cada grupo humano; y desde esa relación de calidad poder abrirse a otras realidades más amplias.

O, en palabras que le escuché a un indígena guambiano hace algunos años: “Hay que rescatar la provincia, pero no ser provincianos”.

Según Bauman, palabras como comunidad inspiran sensaciones agradables. Es un “lugar cálido, un lugar cómodo y acogedor. Es como un techo bajo el cual nos abrigamos de la lluvia pesada, como un hogar delante del cual calentamos las manos en un día helado”. Este lugar no existe por sí solo. Debe ser construido colectivamente.

Algunos autores tratan la noción de “lo local” a escalas (generalmente a nivel de municipio). “Lo local” es entendido respecto a lo global de forma relativa, así la mera diferenciación por subdivisiones político-administrativas, la dimensión en términos de número de habitantes o de kilómetros cuadrados de superficie no son suficientes para definir que es “lo local”. El espacio local se convierte en aquel que permite reconocerse en el otro, crear lazos, unirse y asociarse para resolver problemas comunes y obtener logros (Jalomo).

En opinión de Cunha, como mundo vivido, el territorio aparece como un centro de la existencia humana cuyas cualidades pueden ser definidas en función de sus significados y aspiraciones. El territorio es entonces un lugar investido de significados y el sentido del lugar refleja las cualidades percibidas y vividas del territorio.

Hoy es cada día más relevante el enfoque micro-sociológico, local, rural y urbano; es pensar en el lugar “como escala de planificación y gestión de procesos de desarrollo”.

El desarrollo local supone la circunscripción del desarrollo a un espacio “local” determinado. Hay que anotar, siguiendo a Coraggio, que por lo “local” no nos referimos a algo minúsculo, parroquial, localista, sino a la condición común de una población que comparte una historia de asentamiento (que muchas veces desconoce) y la vida cotidiana  cara a cara  - aunque sea de manera más o menos desigual, más o menos conflictiva o solidaria -, en un territorio de radio variable, cuyos problemas están inmediatamente interconectados, y desde donde se vincula a otras localidades o microrregiones y a su más amplio entorno regional o nacional. Además, el carácter “local“ del desarrollo requiere que su concepción y materialización sea protagonizada por los propios “actores locales”.

En muchas partes el lugar se ha perdido de vista en la “locura por la globalización” de la que hemos sido testigos en los últimos años. Y –como lo señala Arturo Escobar- el borrar el lugar tiene profundas consecuencias en nuestra manera de entender la cultura, el conocimiento, la naturaleza y la economía. Por un lado, el lugar resulta central en las cuestiones de desarrollo, cultura y medio ambiente, y, por el otro, es igualmente esencial para imaginar otros contextos del pensamiento sobre la construcción de la política, de la identidad o del conocimiento. “El hecho es que el lugar continúa siendo importante en la vida de muchas personas, tal vez de la mayoría -al menos el lugar en tanto que experiencia de una localización particular con una cierta ligazón a la tierra, un cierto sentido de los límites y una conexión con la vida cotidiana, incluso si su identidad se construye continuamente, sin quedar nunca fijada”, anota.


Así, mi localidad, mi lugar, continúa siendo importante en mi vida.

Y, en estos días de pensar sobre lo local, sobre el lugar, sobre el desarrollo con identidad cultural, etc, he vuelto a La Vega, mi pueblo natal, mi “patria chica”. Un hermoso pueblo (es verdad) del macizo colombiano.

VER VIDEO -YOUTUBE:
LA VEGA CAUCA-DICIEMBRE 2008
POR: RUBÉN MUÑOZ




VER VIDEO -YOUTUBE:
Banda Municipal - La Vega Cauca




VER VIDEO YOUTUBE
BINGO LA VEGA CAUCA 2010 - SEGUNDA PARTE


 Aquí viví los primeros 15 años de mi existencia; estudié hasta cuarto de secundaria en la prestigiosa (también es cierto) Normal Superior “Los Andes”.

LA VEGA, CAUCA-ANTIGUA NORMAL LOS ANDES, 1975

LA VEGA, CAUCA-NUEVA ESCUELA NORMAL SUPERIOR LOS ANDES, 2010
Foto tomada de su Blog: http://ensla.blogspot.com/


VER VIDEO-YOUTUBE:
Normal Superior Los Andes


Cómo no recordar la ”casa paterna”. Cómo no recordar los “años maravillosos”…

LA VEGA – EN LA CASA PATERNA

LA VEGA, 2001-100 AÑOS DE MI ABUELA PATERNA EMETERIA (q.e.p.d.)


CARNAVALES EN LA VEGA-FOTO TOMADA DEL ALBUM DE LAURITA CARVAJAL (FACEBOOK)

"GERARDO LIBERAL" RODEADO DE HERMOSAS MUJERES VEGUEÑAS
FOTO TOMADA DEL ALBUM DE LAURITA CARVAJAL (FACEBOOK)


Los(as) dejo con un video del cantante de música popular Deiro Parra, quien le hace un homenaje a su pueblo: Altamira –Municipio de La Vega.

VER VIDEO-YOUTUBE:
DEIRO PARRA HOMENAJE A MI PUEBLO




A mis paisanos y paisanas,
que llevan a La Vega en su corazón…

Arizaldo Carvajal Burbano

Madrid – España, Abril 14 de 2011




martes, 12 de abril de 2011

BIBLIOTECA VIRTUAL EN DESARROLLO Y OTROS TEMAS


Como un aporte a la formación de agentes de desarrollo local, trabajadores (as) sociales, educadores populares, docentes, líderes comunitarios, planificadores, estudiantes y profesionales interesados(as) en el campo del desarrollo, comparto una BIBLIOTECA VIRTUAL ACTUALIZADA (a Abril 12 de 2011) que he ido construyendo en los últimos años. Aquí pueden encontrar –espero– documentos relevantes y actuales (más otros “clásicos”) en temas de:

  • Desarrollo/desarrollo local
  • Planeación
  • Investigación social
  • Sistematización de experiencias
  • Trabajo social e intervención social
  • Sociología
  • Antropología

Como sabemos, son temas relacionados y básicos para la formación –teórica y práctica- en desarrollo local.

Ir al link "biblioteca virtual" de mi página web:


“Culto es aquel que sabe dónde encontrar lo que no sabe”

Georg Simmel


sábado, 9 de abril de 2011

LIBRO ELEMENTOS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL APLICADA

CARVAJAL BURBANO, Arizaldo (2012). Elementos de investigación social aplicada. , 1a. reimpresión de la 3ª. Edición, Cali, Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano-Facultad de Humanidades, Universidad del Valle.


CONTENIDO
PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN
INTRODUCCIÓN
I. ¿QUÉ ES LA INVESTIGACIÓN?
II. PARADIGMAS Y TIPOS DE INVESTIGACIÓN
III. EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
IV. INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
V. INVESTIGACIÓN CUANTITATIVA
VI. INTEGRACIÓN METODOLÓGICA
VII. INVESTIGACIÓN-ACCIÓN-PARTICIPATIVA (IAP)
VIII. EL INFORME DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
IX. EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
X. ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN
XI. INVESTIGACIÓN Y TRABAJO SOCIAL
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA POR CAPÍTULOS
ANEXO:
COLCIENCIAS: GUÍA-FORMATO PARA LA PRESENTACIÓN DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA
EL AUTOR

PRÓLOGO

Cada vez hay mayor conciencia sobre la importancia de la investigación social aplicada, de su papel en el conocimiento de una realidad, de un contexto; un conocimiento pensado para la intervención social, para la acción, para una transformación social.

Escribir un texto sobre investigación social no deja de ser un atrevimiento y un riesgo. Hay un gran número de manuales –muchos de excelente calidad- sobre la temática; he revisado decenas de ellos, algunos los he retomado para este escrito. Es un lugar común señalar que un manual no debe convertirse en una receta; en el mejor de los casos es una guía, un referente para aquellas personas que inician este proceso investigativo. Así, este trabajo se escribió pensando en compartir una experiencia docente e investigativa; en una utilidad práctica, aplicada, del mismo; de ahí –espero- su sencillez y su claridad expositiva.

Comparto con Alfonso Torres (1998) que una falacia en muchos manuales de investigación y en propuestas de formación de investigadores es la de creer que el sólo manejo de metodologías, instrumentos y técnicas reemplaza su capacidad de pensar, comprender e interpretar por sí mismos. Añade el autor que “la actitud y capacidad investigativa requiere una formación que involucre los conocimientos sobre la temática desde una o varias disciplinas, una visión amplia del abanico de posibilidades metodológicas y técnicas acumuladas por las ciencias sociales, pero, especialmente, de gran motivación por emprender la investigación y de imaginación creativa para asumirla”. En esta dirección, también J.M. Serrat nos señala:

“…No esperes el consentimiento
ni a que te proporcionen un manual…
No esperes a que te den los planos
para satisfacer tu curiosidad…
ni a que te digan los libros
lo que están tramando ahí fuera…”.

Sigo agradeciendo a la Escuela Latinoamericana de Cooperación y Desarrollo (Universidad de Pavía, Italia-Universidad de San Buenaventura, Cartagena de Indias), la publicación y distribución de la primera edición  en contextos universitarios, en entidades públicas y ONG´s; y la gran acogida que ha tenido este texto. Igualmente la segunda edición ampliada, realizada por Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad del Valle, en su serie Documentos de trabajo. De ahí nuestro interés por seguir ampliando su divulgación. Para esta tercera edición se han revisado y ampliado las diferentes temáticas del texto, adicionando dos nuevos capítulos “Investigación acción participativa” e “Investigación y trabajo socialque considero –como algunos lectores- es básico en este tipo de “manuales”.

Este texto se basa en Documentos de trabajo (inéditos) que he ido escribiendo como profesor del área de Investigación en la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad del Valle-Cali. Agradezco a mis estudiantes del pregrado de Trabajo Social de esta Escuela, quienes en los cursos de Estrategias de investigación, Diseño Etnográfico y Diseño de Sondeo, han aportado en las discusiones y lecturas; lo mismo a los estudiantes de la Especialización en Teoría, métodos y técnicas en investigación social de la Escuela. Y de una manera especial a mis colegas y cómplices Alba Nubia Rodríguez y Claudia Galeano.

También agradezco a la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad del Valle, su apoyo a estas publicaciones, como una política de la Escuela por divulgar la producción intelectual de sus docentes, y como una apuesta por socializar el conocimiento y hacer realidad la relación Universidad-Sociedad.

Como siempre, sigo invitándolos(as) a vivir esta aventura de la investigación social.

INTRODUCCIÓN

Decíamos que la investigación social aplicada está orientada y dirigida a la intervención, a la transformación social. En otras palabras, “un conocer para actuar”. Como lo señala Lorena Gartner:

Con independencia de la convicción acerca de si el trabajo social es una disciplina o no, la formación en investigación para los trabajadores sociales desde los espacios universitarios no es relevante solamente para académicos, compromete a la profesión y al ámbito de proyección de la misma. La capacidad de aportar conocimientos sobre las dinámicas sociales que cotidianamente intervienen los trabajadores sociales y sobre los aspectos operativos de su intervención contribuye a hacer realidad el sueño de un ejercicio profesional más eficiente, más pertinente y de mayor impacto. La investigación aplicada a la manera de investigación diagnóstica, evaluativa y sistematización de experiencias constituyen tipologías de indagación estrechamente vinculadas con la práctica del trabajador social y, por consiguiente, con los procesos de desarrollo humano y social propios de su ejercicio profesional (Gartner, 2006:34).

En este trabajo se presentan –panorámicamente- algunos aspectos o elementos relevantes en la investigación social. Espero que estos elementos sean un buen aporte para los futuros –y actuales- trabajadores(as) sociales (y en general para todas aquellas personas interesadas en este campo de la investigación). No está demás recordar que estos escritos no son recetas o “camisas de fuerza”; la investigación social es un proceso creativo, imaginativo, de “artesanía intelectual”.

Este libro consta de once capítulos. El primero presenta algunas definiciones de investigación; el segundo capítulo esboza los paradigmas y tipos de investigación. El proceso de investigación se analiza en el tercer capítulo. Los capítulos cuarto y quinto se refieren a dos relevantes métodos de investigación social: el cualitativo y el cuantitativo, seguido de un capítulo sobre integración metodológica. En el séptimo nos detenemos en la investigación-acción-participativa (IAP); en el octavo se presentan algunos aspectos para presentar un informe de investigación social; los elementos para elaborar un proyecto de investigación social se trabajan en el noveno capítulo, el décimo aborda el tema de la ética de la investigación, y, finalmente, se retoma la relación investigación y trabajo social.

Sí, espero que este texto aporte en la dinámica de formar investigadores capaces de leer la realidad, para transformarla.

XI. INVESTIGACIÓN Y TRABAJO SOCIAL

Hablar de la relación investigación-trabajo social es remitirnos a la misma concepción de trabajo social. Si éste se asume como una profesión-disciplina (de intervención y conocimiento) es innegable su estrecha relación. Sabemos que la relación teoría-práctica es un debate y una preocupación central de la profesión Relación que tiene que ver también con la discusión entre teoría-acción, de saber-acción; no como espacios separados (herencia de una razón positivista, que promueve la doble fragmentación (teoría-práctica), sino en relación.

Comparto con Olga Lucía Vélez (2003) que la relación entre investigación y Trabajo Social es una de las principales preocupaciones que los distintos colectivos profesionales se plantean hoy en día.

La acción inmediatista, considerada durante mucho tiempo central en los objetivos profesionales, colocó en segundo lugar la reflexión analítica de la cotidianidad, de los aspectos “invisibles” del mundo de la vida y de las prácticas sociales construidas por los sujetos con los cuales se interactúa durante el ejercicio profesional.

La relación histórica que el Trabajo Social ha establecido con la investigación, está caracterizada por contradicciones que priorizan la acción sobre la reflexión, circunscribiendo la práctica investigativa a un ejercicio pragmático de indagación que poco aporta al proceso de producción de conocimientos sobre la realidad social (p.129).

Añade Vélez que en la conflictiva relación teoría-práctica parece descansar buena parte del dilema epistemológico y práctico que la profesión no ha logrado resolver en relación con la investigación. La trayectoria histórica del Trabajo Social, muestra cómo la investigación no constituyó el núcleo fundante de la profesión y la preocupación por investigar la realidad social, generalmente, ha estado ligada a finalidades prácticas que permitieran el “tratamiento” o la actuación concreta (p.129).

La investigación, subordinada a propósitos de tipo pragmático, alejaron a la misma del proceso creativo de producción de conocimiento, ubicándose al mismo en un lugar  secundario y poco atractivo, para responder a las necesidades que el colectivo profesional debería resolver. Las urgencias de la práctica profesional marcaron de manera profunda la relación entre investigación y Trabajo Social, contribuyendo a que  ésta fuera asumida como un medio para resolver situaciones sociales deficitarias (p.129).

Los cambios y transformaciones ocurridos en las sociedades de hoy, le imponen al Trabajo Social contemporáneo la necesidad de acudir a la investigación como un camino idóneo para desentrañar la esencia y complejidad de la realidad y para aportar desde ahí a la producción de conocimiento. Rescatar la importancia que la producción del conocimiento debe tener en los procesos de reconfiguración profesional, asignándole a la investigación social un papel estructurante dentro del mismo. (p.130).

La centralidad del sujeto en lo social se instala como propuesta paradigmática a las disciplinas sociales, contribuyendo a romper las ataduras impuestas por los esquemas tradicionales (positivistas, estructurales y marxistas), rescatando las dimensiones cognoscitiva, ética, estética y política de la práctica profesional.

La investigación cualitativa como perspectiva subjetiva, de reconstrucción social de la realidad, constituye una vía fecunda de aproximación al conocimiento, descubrimiento y re-valoración de los sujetos histórico- sociales con los cuales se construye la práctica profesional del Trabajo Social, dotándola de un nuevo sentido. Indagar sobre el modo de vida de los sujetos sociales, reconstruir el sentido de sus prácticas y develar los significados, experiencias y subjetividades presentes en su cotidianidad, potencian la práctica profesional contribuyendo a superar la frecuente “naturalización” que mediante el establecimiento de estereotipos y tipologías prejuiciadas se hace muchas veces de lo social.

La investigación social es un proceso altamente creativo, generador de comprensiones e interpretaciones que conducen a la resignificación de las subjetividades involucradas en las prácticas sociales (p.130).

Señala Vélez que “el privilegio por un tipo de conocimiento orientado hacia la acción, obstruye  la construcción de pensamientos propios y limita el potencial creativo e innovador de la investigación social como dispositivo teórico, metodológico e instrumental de comprensión e interpretación de la realidad social” (p.136).

La  mayoría de los textos que se ocupan del proceso metodológico de Trabajo Social hablan de la investigación como un “método indirecto de intervención”, lo cual pone de relieve una vez más el sentido instrumental y pragmático conferido a la investigación y el desdibujamiento de su esencia epistemológica – de producción de conocimientos. “Aunque son muchos los vacíos y dificultades presentes en la investigación, es necesario trascender crítica y reflexivamente el vínculo que la profesión ha establecido con la acción, permitiendo la posibilidad de aportar a la producción de conocimientos que contribuyan a develar lo que ocurre en dicha relación y en el cúmulo de aspectos “invisibles” presentes, en la dinámica social” (p.138).

Para la autora, la investigación en Trabajo Social tiene que ocuparse, en lo fundamental, de los problemas referidos al contexto, a la acción social y a la especificidad profesional, así:

  • La comprensión y caracterización de los contextos está cruzada pro las tramas de constitución, deconstitución y reconstitución de los sujetos sociales, siendo las interacciones y estrategias – sociales, culturales, y simbólicas – presentes en las prácticas que realizan los distintos actores, importantes de desentrañar.
  • En el terreno de la acción social merecen especial atención los análisis críticos sobre programas de acción desplegados en ámbitos institucionales, organizacionales y comunitarios, la sistematización de experiencias, los estudios sobre metodologías de acción, viabilidad e impacto social.
  • Interrogantes sobre la identidad y especificidad profesional, configuran  un amplio paquete de propuestas investigativas importantes de desarrollar (p.139).

Vélez también resalta la importancia de la investigación cualitativa para el trabajo social.

La construcción de sentido está atravesada por momentos de aparente incomunicación derivados de los prejuicios, imaginarios y predeterminaciones que se tienen sobre el “otro”. Cuando el investigador cede su lugar a los sujetos de la investigación se desata un proceso de “entendimiento” caracterizado por la articulación y conexión de situaciones que posibilitan la comprensión del mundo del otro. Todo lo que inicialmente aparecía desfigurado, fragmentado y desarticulado empieza a cobrar sentido, desplegándose un proceso comunicativo en el cual el investigador se sitúa como agente activo y generador de impactos.

(…) A través de los procesos de confrontación (no de las percepciones particulares) mediados por el lenguaje, la investigación cualitativa recupera las lógicas que regulan y conectan el sentido de la experiencia. Mediante el lenguaje los sujetos establecen su relación con el mundo, y la forma específica como se vincula, construye y transforma esta conexión, constituye la experiencia. 

(…) La investigación cualitativa también es un proceso comunicativo, donde cobran importancia los lenguajes no verbales y la escritura. Esta última  opera como un dispositivo posibilitador de las interpretaciones tendiendo puentes hacia fuera, visibilizando los “mundos ocultos” –que pocas veces son mostrados- y acercándolos a quienes no están en posibilidad de vivenciarlos. El investigador actúa como mediador y canal a través de la escritura: el relato (o informe de investigación) le infunde vida al mundo investigado, condensando la reconstrucción que del mismo se logró hacer y representando las voces que no habían sido escuchadas (pp.148-149).

Así, para la autora, la reconfiguración profesional le exige al Trabajo Social Contemporáneo superar la estrecha  conexión que durante mucho tiempo se ha establecido con la tradición explicativa de investigación social, fortaleciendo la opción cualitativa (no por dictamen de la “moda”, ni por ser la “verdad revelada”) como la perspectiva más cercana para comprender y reconstruir los procesos actuales que la realidad social entraña (p.150).

Viscarret (2007:25-26) señala que la investigación en Trabajo Social significa para sus profesionales tener un diálogo reflexivo con la situación-problema a la que se enfrentan, preocupándose por efectuar un correcto análisis de dicha situación-problema de tal forma que puedan garantizar una mejor intervención profesional. El autor resalta la utilidad práctica de la investigación.

En el “XIX Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social. El Trabajo Social en la coyuntura latinoamericana: desafíos para su formación, articulación y acción profesional”, realizado en Guayaquil – Ecuador, del 4 al 8 de octubre 2009, el papel de la investigación fue un debate central. Sobre esta temática quiero rescatar algunas intervenciones de ponentes centrales en dicho evento: Carlos Montaño, Ana Elizabete Mota y Marilda Iamamoto de Brasil; Norberto Alayón y Margarita Rozas de Argentina; Lorena Molina de Costa Rica y Teresa Matus de Chile.

Montaño hace un llamado a “superar el divorcio teoría-práctica”, “la teoría es para actuar. Hay profesionales con teorías interventivas, donde se reduce el conocimiento teórico al conocimiento instrumental, al cual se le da status de teoría. Se requiere distinguir la producción del uso del conocimiento. No se puede intervenir sin investigar. Existen mediaciones en producción teórica, más que en la intervención práctica. Lo que se dice y lo que se hace”. Hay que “pensar una práctica superadora del positivismo; romper con perspectivas parcializadoras. Hay visiones recortadas de la realidad. No hay que forzar aplicabilidad de la teoría. Se requieren teorías para producir pensamiento crítico, teorías que permitan comprender la desigualdad social, la explotación”. Además “se deben romper los moldes rígidos de la intervención social. Es necesario "politizar la práctica profesional”, no en forma partidaria ni de militancia, sino en el sentido de desvendar tensiones, intereses, valores, metas. Un profesional con capacidad de tender  puentes teóricos entre la realidad local y la macro que la determina”.

Iamamoto considera que los Trabajadores Sociales son profesionales para el análisis de la cotidianidad y sus problemas, para la práctica y la investigación. Los Trabajadores Sociales deben leer las realidades singulares de sujetos individuales y colectivos; deben atender sus necesidades y problemáticas y llevarlas a la esfera pública en la que éstas deben ser reconocidas y atendidas. Los Trabajadores sociales deben ser formados para formular y ejecutar políticas públicas y sociales, para formular y ejecutar investigaciones no solo disciplinares sino preferencialmente interdisciplinares.

Mota señala que se requiere construir conocimiento no solo para Trabajo social sino en el ámbito de las ciencias sociales. No se debe permitir el separamiento entre profesión y área de conocimiento, que está vinculada con la intervención profesional.

Alayón expresa que es importante una práctica con pensamiento crítico, que reflexione sobre el significado de la profesión, donde haya una sólida formación teórica, que lleve a una “práctica profesional inteligente y fundamentada”. Señala que hay que desterrar las prácticas viciadas, que muchos(as) dejan de leer literatura profesional; son “prácticas rutinarias que no necesitan actualización”.

Rozas manifiesta que la producción de conocimiento es significativo. Se requiere establecer líneas de investigación con las demandas del ejercicio profesional. No separar investigación que da fundamento a la intervención profesional.

Molina presenta los desafíos en la producción de conocimiento y en la formación profesional; una formación que lleve a transformaciones societarias. Se requiere pensar la teoría social y cómo interpretamos dichas transformaciones. Señala la importancia del pensamiento crítico al servicio de la formación y de los actores con los que trabajamos. Hay muchos “cazadores de recetas metodológicas”. Se deben tener “horizontes de comprensión” de la realidad social.

Matus habla del proyecto inconcluso de trabajo social, de la importancia de vincular teorías y prácticas profesionales, requiriendo una nueva cultura y pedagogía en Trabajo Social. Expuso un doble empobrecimiento en teoría y práctica en Trabajo Social.

Según Cecilia Aguayo (s.f.), la relación entre investigación y trabajo social está profundamente marcada por la propia práctica profesional que realizamos. Lo cual remite a una pregunta por la transformación de situaciones sociales. Añade que “los trabajadores sociales al someter su práctica profesional a un proceso de indagación, de reflexión profunda, de encuentro con los otros, buscamos re-construir la acción social desde una perspectiva de ´cambio´”. En este sentido “debemos sentirnos constructores de realidad”.
En un estudio de finales de milenio (1999), Lorena Gartner Isaza y Rocío Cifuentes Patiño, trabajadoras sociales de la Universidad de Caldas, analizan La formación en investigación y la producción investigativa en las unidades académicas de trabajo social colombianas.

Considero que éste es un estudio interesante e importante para ver el carácter y sentido de la investigación en trabajo social, de ahí que me detenga en algunos aspectos que creo son relevantes para el análisis.

Las autoras, en su justificación, plantean que “el conocimiento ha adquirido un sitial privilegiado en las agendas para el desarrollo en todo el orbe. La capacidad de las sociedades para generar conocimiento y para utilizarlo en beneficio del cambio y del desarrollo humano y social les otorga una notable ventaja en la construcción del futuro deseado”.

En la última década –añaden-, más que nunca, se le ha presentado a las ciencias sociales y humanas y a las profesiones que de ellas se nutren, el imperativo inaplazable de aportar conocimientos, mediante la investigación científica, que tributen a la explicación y a la comprensión de realidades sociales y humanas particulares, como condición necesaria para la determinación de estrategias de desarrollo y de solución a los severos problemas que padecen diversos sectores de población.

Gartner y Cifuentes (1999) fundamentan su investigación en tres situaciones:

  1. El reconocimiento, por parte de las autoras, del compromiso histórico del trabajo social con el desarrollo humano y social en diferentes contextos, que obliga ponerse a tono con las condiciones que las transformaciones de la sociedad imponen; la capacidad para generar conocimientos, por parte de los trabajadores sociales, indudablemente, hace más pertinente y acertada su proyección profesional.

  1. La inquietud insistentemente planteadas por el CONETS, en torno a la necesidad del conocimiento de este aspecto.

  1. La necesidad de valorar y de reconocer aquello que en el concierto nacional se realiza en el campo investigativo del trabajo social.
Frente al significado que se le otorga a la investigación para la formación de trabajadores sociales, expresan que las respuestas fueron enfáticas al señalar su importancia: elemento fundamental, neurálgica, segunda naturaleza de trabajador social, protagónica, básica para la formación y el ejercicio profesional, el trabajador social es un investigador social.
Llama la atención la preocupación por el “carácter aplicado” de la investigación, y la conciencia de la importancia de la investigación social tanto para la formación como para la intervención.

Para concluir, retomo las palabras de la trabajadora social Natividad de la Red (1996:70): “Dadas las particularidades de la disciplina y tal vez por su carácter estrechamente unido a la realidad, es precisamente la investigación la clave de la formación del Trabajo Social”. Las Escuelas de Trabajo Social también tienen ese compromiso de dar respuestas “creativas y oportunas” ante los nuevos escenarios de la realidad colombiana y mundial.


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NOTA:

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