El pasado miércoles 16 de
Octubre de 2019, el Programa de Trabajo Social de la Fundación Universitaria de Popayán, FUP –sede Santander de Quilichao,
Cauca- me invitó a dar una charla sobre “Arte, intervención y Trabajo social”. Cuando la profesora Lina Juliana Robayo me cursó la invitación le dije inmediatamente que sí.
En ese momento había acabado de publicar la tercera edición digital del texto ARTE, INTERVENCIÓN
Y TRABAJO SOCIAL (Ver https://desarrollolocalteoriaypractica.blogspot.com/2019/08/arte-intervencion-y-trabajo-social.html); luego, pensándolo, me dio cierto temor y me dije: la embarré. Este es un tema
que apenas estoy explorando, y era la primera charla que realizaría al respecto.
Me siento más cómodo hablando de desarrollo, de planeación participativa, de
investigación social, de sistematización de experiencias. Pero la palabra es la
palabra, y allá estuve.
Y fue muy gratificante –y emocionante- compartir con
estudiantes y profesores(as) de la FUP algunas reflexiones acerca del arte, sobre el papel del arte en la sociedad, del arte
como herramienta para la intervención social, de cómo en una
disciplina-profesión como el Trabajo social, que combina conocimiento/investigación e intervención/acción, el arte
puede jugar un papel fundamental. Del papel del arte en el
conflicto/posconflicto colombiano, en la construcción de paz.
ALGUNOS APARTADOS DE LA
CHARLA:
“Ahora
más que nunca estoy convencido de la importancia del arte, de las expresiones o
prácticas artísticas, para la sociedad, para el Trabajo social. Arte para la transformación social,
arte como resistencia, etc. Sí, se dice que “el arte hace
personas más sensibles y críticas; mejores seres humanos”; que “una mala
persona nunca será un buen profesional”, que “el arte hace
una mejor sociedad”. El Trabajo Social requiere personas con una gran
sensibilidad social y una gran calidad humana y profesional”.
“William Ospina señala que “si alguna
revolución requiere la educación, pienso que es la revolución de la alegría,
que les devuelva o les confiera a los procesos educativos su radical condición
de aventura apasionada, de expedición excitante, de juego y de fiesta”. Y
también una “subversión cognitiva”, como dice Latouche, que también es válida
para el Trabajo Social, que entre
otras cosas, se puede asumir como un arte, donde se pone en juego la creatividad en escena”.
“Las
prácticas artísticas colectivas permiten poner en marcha la posibilidad de transformación
de las propias realidades a través de poder imaginar colectivamente otros
mundos posibles, y crearlos junto a otros, como –diría Castillejo- en una
“poética de la alteridad”. Estas iniciativas –señala Bang- ya no piensan el
arte con el objetivo de producir sólo un bien cultural, sino como un medio
posibilitador de pensar y crear nuevas realidades, por lo que se convierte en
generador de nuevos imaginarios y paradigmas sociales”.
“En Trabajo Social hablamos
de la importancia de la interdisciplinariedad, de lo multidisciplinar: con la
sociología, la antropología, la psicología, la economía, la política…Me
pregunto: ¿Y por qué no con el arte? En este diálogo se conectan conocimientos y se fomenta el pensamiento crítico y creativo”.
“El Trabajo Social se puede mirar como un arte, que implica imaginación,
creatividad. Como se ha expresado, crear
es apostar por la vida, es “apostar por estar en el mundo, con los
otros”. “Crear nos convoca a la vida, a
sentir el proyecto vital, a hacerlo andar (…) esa red compleja que es el vivir,
se manifiesta a través del arte renovando afectos, nuevos pensamientos y
estructuras culturales y sociales”.
También es importante
resaltar que el Trabajo Social “no puede estancarse en sus métodos y formas de
intervención, es necesario innovar para poder resolver los nuevos problemas y
las nuevas necesidades de la sociedad actual”. Si se pretende que la actividad
profesional de los trabajadores sociales alcance sus objetivos más plenos, es
preciso conocer todas las herramientas que se pueden utilizar a la hora de
realizar una intervención social.
Algunos autores, ven a los trabajadores sociales como agentes de cambio, “y vivimos
precisamente en una sociedad en constante cambio, es necesario que los
profesionales se adapten y actualicen continuamente, aprendiendo a emplear
nuevas herramientas para abordar la intervención social (Muñoz Crespi, 2014).
El Trabajo Social debe “acercar el arte a la vida, tratando de enlazar
ambas disciplinas, con el fin de que al colaborar con las personas y con la
sociedad, se reflexione sobre la idea de Mary Richmond del Trabajo Social como arte-sanía”.
“El Trabajo Social y el arte buscan juntos encontrar y encontrarse con otras
maneras de descubrir, en la diversidad de sus formas de producir sentido,
también la expresión de nuestras identidades y la presencia de nuestras
sociedades plurales, acercándose una a la otra, personas y artistas, la vida al
arte y éste a la vida”.
Veíamos algunos aportes en relación con el
vínculo del arte con el Trabajo social y la intervención social:
Ø Crear
vínculos sociales entre actores/sujetos y trabajadores/as
sociales
|
Ø Devolver
la idea de intervención flexible y construida con la
persona
|
Ø Disfrutar
|
Ø Explorar,
descubrir, cultivar y desarrollar la(s) identidad(es)
|
Ø Crear
conciencia sobre nuestra posición el mundo
|
Ø Cuestionar
y cambiar los roles que nos ha tocado vivir
|
Ø Desarrollar
la autonomía
|
Ø Recuperar
la memoria
|
Ø Abrir vías
hacia visiones/valores propios de una comunidad
|
Ø Expresar(se)
y comunicar(se)
|
Ø Habilitar
capacidades y destrezas
|
Ø Transformar
las emociones y los cuerpos
|
Ø
La capacidad de tratar con
la realidad objetiva y subjetiva.
Ø
Afrontar, manejar y
prevenir los conflictos
Ø
Formar personas más
sensibles, más críticas
Ø
Fortalecer vínculos
relacionales, comunitarios
Ø
Crear y fortalecer tejidos
sociales
Ø
Crear relaciones de
confianza
Ø
Pensar nuevas formas de comprender
el mundo y los seres humanos
Ø
Comprender la creación como
la unión de lo individual con lo común
Ø
Comprender la creación como
un modo de apostar por la vida
Ø
Ver el arte y el Trabajo
social como espacios de creatividad y libertad
Ø
Repensar/reinventar el
Trabajo social a través del arte
Me uno a la invitación de “reflexionar sobre el papel
de las artes (…) como una estrategia metodológica, intercultural y creativa de
carácter pedagógico experiencial, que puede ser orientada hacia los procesos
que buscan la promoción de la paz, el desarrollo social, la resolución de
conflictos, la restauración de derechos o la reconstrucción de la memoria e
identidad en Colombia y el mundo”.
Así, es importante ver el arte como
“herramienta” (o “dispositivo” o “canalizador” o “puente”) para el Trabajo
Social. Ver ese “potencial
a nivel social que el Trabajo Social debe investigar, conocer y promover”.
Donald A. Schön, en su
texto La formación de profesionales reflexivos (1992), argumenta a favor de una
nueva epistemología de la práctica, una práctica reflexiva, que pretende tener
su fundamento en la reflexión en la acción. Y lanza la propuesta que los centros superiores de
formación en el ámbito universitario deberían aprender de lo que se hace en
otros marcos tradicionales de preparación para la práctica, tal el caso del
arte. Señala:
“En la variopinta
topografía de la práctica profesional existen unas tierras altas y firmes desde
las que se divisa un pantano. En las tierras altas, los problemas fáciles de
controlar se solucionan por medio de la aplicación de la teoría y la técnica
con base en la investigación. En las tierras bajas del pantano, los problemas
confusos y claros se resisten a una solución técnica. En el pantano residen
aquellos otros problemas de mayor preocupación humana. El práctico debe elegir.
¿Tendrá que quedarse en las tierras altas donde le es posible resolver
problemas de relativa importancia según los estándares de rigor predominantes,
o descenderá al pantano de los problemas relevantes?”.
En
esta dirección, creo significativo formar profesionales de Trabajo Social reflexivos en la acción, con capacidades
para desempeñarse tanto en tierras altas
como en pantanos.
Sabemos que un espacio
profesional se caracteriza fundamentalmente por las preguntas que declara
pertinentes. Como lo expresa Joaquín García Roca “la acción social no siempre
se ejerce desde la certeza sino también desde la incertidumbre y la perplejidad”.
Las preguntas en el horizonte del Trabajo social y el arte son múltiples. En
relación con el desarrollo, Serge Latouche anota que poner radicalmente en
cuestión el concepto de desarrollo es hacer subversión cognitiva, y este es el
prólogo y la condición de cualquier cambio político, social y cultural. Es
“deshacer el desarrollo / rehacer el mundo”. ¿Requiere el Trabajo social de una
subversión cognitiva en sus discursos y sus prácticas, en sus teorías y
metodologías? El arte puede abrir muchas posibilidades a la
profesión/disciplina.
Considero fundamental que las Universidades, Colectivos, Fundaciones,
ONGs, artistas, personas y profesionales vinculadas con el arte, sistematicen
sus experiencias en el campo del arte.
Y que los Programas de Trabajo Social –y de otras profesiones relacionadas con
la intervención- incorporen en sus currículos la Asignatura de Arte y Trabajo Social, o Arte e Intervención social.
En esta charla quise resaltar el arte como “un elemento
formador del pensamiento creativo, capaz de generar asociaciones con otros
campos del conocimiento, otras maneras de ser y estar en el mundo”, y
establecer asociaciones con el Trabajo Social. Debo dejar claro que el objetivo
no es formar artistas –aunque a nadie le haría daño unas clasecitas en diversas
expresiones artísticas. A nivel personal, no sé por qué me dé en la vejez; aún
tengo ánimo para muchas cosas.
GRACIAS”.
De nuevo, agradezco a Lina, a Karen –coordinadora del
Programa de Trabajo Social-, demás profesores(as) de esta sede de la FUP, por
la invitación, la atención, la complicidad.
Con respecto a esta charla me pareció una manera fundamental la mirada crítica que se tiene desde el arte ya que realmente el arte juega un papel importante en la sociedad.
ResponderEliminarTuve el placer de compartir en este espacio de charla con don Arizaldo, a raíz de todo lo que se compartió en la charla llegue a la conclusión de que el Arte es una herramienta clave y fundamental para hacer lectura del contexto o territorio en el cual se va a realizar una intervención desde el trabajo social. Es importante recalcar que esta herramienta es un instrumento para la transformación y desarrollo social, ya que dicha herramienta nos permite conocer como está constituida nuestra realidad comunitaria, es por esta razón que el dibujo de formas, los paisajes o imaginarios verdaderamente nos permiten hacer una lectura consciente del individuo y de su contexto, en la lectura del contexto el arte le permite al investigador poder acercarse y palpar la realidad, para así implementar una intervención.
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